Los seres humanos vivimos en un planeta que es 70% agua y 30% tierra. Denominamos continentes a las grandes extensiones de tierra e islas a las pequeñas extensiones de tierra separadas de los continentes. Como si los continentes no fueran islas, grandes pero islas. Nosotros mismos, tenemos nuestras propias islas, y para salir de ellas necesitamos puentes, puentes que nos unan a otras islas. El puente más fuerte que puede crearse para abandonar nuestras islas solitarias, es el del amor.
Los seres humanos también creemos en el amor correspondido, el “Amor verdadero” pero, sabemos también, que cuando creemos haberlo encontrado pero resulta que no es así, podemos pasar la línea hacia la obsesión.
Eso es lo que le pasó al protagonista de la obra “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez, Florentino Ariza. Joven, libre y loco de amor por Fermina Daza, desde aquel primer momento en que la vio, a los 13 años de edad, cuando fue a entregarle un telegrama a su padre. Desde ese dia todo cambio para Florentino, pasaba horas sentado mirándola, desde el parque al frente de su casa, ya no hacia nada mas, porque ese se había vuelto su mundo, Fermina se había vuelto su mundo, ella y sus conversaciones a través de cartas “En realidad eran cartas de distracción, destinadas a mantener las brasas vivas pero sin poner la mano en el fuego, mientras que Florentino Ariza se incineraba en cada línea” (p.77) .“Hoy al verlo me di cuenta que lo nuestro no era más que una ilusión” (p.153), eso fue lo que le dijo Fermina a Florentino, al reencontrarse tras el viaje de 3 años de ella y muchas cartas en las que se juraban amor eterno .Cada uno siguió su camino… o asi deberia haber sido.
Fermina se casó, y tuvo dos hijos. En cambio Florentino, no logró pasar la hoja, alimentando cada vez más su obsesión, hacia Fermina y para cubrir su soledad y sus penas, tuvo relaciones fugaces con mujeres hasta su adultez. “Florentino Ariza terminaría con saber que el mundo estaba lleno de viudas felices a las que había visto enloquecer de dolor ante el cadáver de esposo suplicando que las enterraran vivas… pero a medida que se iban reconciliando con la realidad de su nuevo estado se las veía subir de las cenizas con una virtualidad reverdecida…” (p.208), esto fue lo que ocurrió cuando el marido de Fermina falleció, Fermín hizo su tan esperada jugada, ya que creía saber lo que ocurría en la mente de las viudas. Asistió al funeral del marido de Fermina, recordando así, su promesa hecha cuando eran jóvenes “Te prometo que te esperare por siempre”.
En conclusión, podemos ver que es muy pequeño el trecho entre el amor y la obsesión. Sin importar la edad, el lugar, ni las diferentes clases sociales. Somos seres humanos, y los peores sufrimientos y las mejores felicidades, son de este sentimiento incontrolable, llamado amor.
“Lo facil aburre, lo dificil atrae, y lo imposible obsesiona”
La columna de opinión de Beatriz habla sobre la obsesión que nació y creció en Florentino Ariza a lo largo de la historia, y creo que hace una muy buena relación en la introduccion de su texto, donde se refiere a que los humanos son como islas, islas que se unen con "puentes de amor". Creo que esta relación es muy cierta, y va muy bien complementada con lo que es la historia de Florentino y la conclusión.
ResponderEliminarQuerida Bea, pienso que tu columna de opinión está muy bien redactada, cumple con todo lo solicitado en la rubrica de evaluación, trata además sobre la ilusión y la obsesión hacia alguien o algo, en este caso hacia Fermina, en la cual durante toda la novela Florentino se obsesiona. También su introducción esta muy bien complementada a lo largo del texto. En conclusión muy buena columna , felicitaciones.
ResponderEliminarQuerida Beatriz. La forma en que inicia tu columna con una metáfora llamo mucho mi atención ya que esta y es muy certera, por el hecho de que al iniciar la lectura de este despiertan ganas de seguir leyendo hasta entender el punto de vista del autor, ademas de esto muy buena redacción y gran presentación de argumentos. Gracias Javier
ResponderEliminarQuerida Beatriz, me parece vanguardista, innovadora y al mismo tiempo me asombro ante la idea que propones en tu columna sobre las islas... tratas algo que no todos estamos dispuestos a ver, la soledad. me gusta la manera en la que abarcas e introduces la idea de como el amor crea puentes entre las islas que somos las personas.Tu columna fue osada y distinta, te felicito y remarco tu valentía al tratar la soledad con una metáfora como la de las islas.
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