Por: Aguirre y Huerta.
La historia que se cuenta en este libro genera mucha controversia, se habla de amor verdadero, y obsesión. La historia gira en torno a Florentino Ariza y Fermina Daza, empieza cuando Florentino, quien trabajaba para Notario Thugut, va a entregar un mensaje a Lorenzo Daza, en este encargo ve por primera vez a su hija Fermina y se enamora perdidamente de ella, se puede ver en esta instancia los inicios de la ilusión e intención de Florentino para estar con Fermina. “Florentino Ariza las veía pasar de ida y regreso cuatro veces al días, y una vez los domingos a la salida de la misa mayor, y con ver a la niña le bastaba” (pág. 88), pero con otra mirada que hace más sentido a las posteriores acciones de Florentino, se podría empezar a vislumbrar los rasgos obsesivos y inocentemente sombríos de este personaje. Esta ilusión de querer estar con ella fue lo que dio paso a la obsesión que consumió básicamente toda la vida de Florentino.
En este punto de la historia todavía se podría seguir considerar a Florentino como un inocente joven en busca de su amor en tiempos de adversidad. Florentino efectivamente habla con Fermina y se empiezan a escribir apasionadamente, hasta el punto en que Florentino le pide que se casen, este hecho Fermina lo recibió con gran entusiasmo. Pero su padre por el otro lado al enterarse de este amorío se lleva a Fermina en un largo viaje para olvidarse de su amante, en este viaje se siguen escribiendo telegramas, pero finalmente, cuando Fermina vuelve a la ciudad y se encuentra nuevamente con Florentino en la plaza de la catedral, ella se da cuenta que esta ilusión nunca podrá concretarse, y que no lo ama. “Ella volvió la cabeza y vio a dos palmos de sus ojos los otros ojos glaciales(...), pero a diferencia de entonces no sintió la conmoción del amor, sino el abismo del desencanto(...)”(pág.153). Fermina: “Hoy, al verlo, me di cuenta que lo nuestro no es más que una ilusión”(pág.153). En nuestra opinión en este punto es cuando se genera el quiebre y empieza a surgir una morbosa obsesión por parte de Florentino, debido a que el no es capaz de aceptar el hecho de que Fermina no quiere estar con él.
Fermina conoce a Juvenal, un joven doctor de impecable reputación, éste con el permiso del padre de Fermina la corteja y terminan casándose, sabiendo ambos que en esa relación existía el potencial para un buen amor.
Se van de luna de miel a París y pensando que uno de los dos era infértil, se van a revisar al hospital, donde reciben la grata noticia de que Fermina está embarazada de seis meses.
Terminada su luna de miel, vuelven a la ciudad, Florentino ve a Fermina embarazada y se propone esperarla hasta que su marido se muera, y mientras esto ocurre ganar una reputación y fortuna, y así ser digno de merecerla.
En nuestra opinión este hecho muestra la magnitud de la obsesión de Florentino, y que fue lo que estaba dispuesto a hacer para estar con ella, sin ni siquiera tomar el no poder estar con ella como una opción empezó su feroz travesía hacia la cima.
Se presentó en la oficina de su tío León XII, quien le dio trabajo en la compañía fluvial del caribe en esta paso por los trabajos más desgastadores y denigrantes que existían pero la obsesión que tenía Florentino era tal que no lo dejó sucumbir ante la adversidad “lo que nunca sospechó el tío León XII fue que ese temple del sobrino no le venía de la necesidad de subsistir, ni de una cachaza de bruto heredada del padre, si no de una ambición de amor que ninguna contrariedad de este mundo ni del otro lograría quebrantar” (pág. 239-240).
En espera a que Juvenal muriese nunca se pudo sacar de la mente a Fermina, en los 50 años que transcurrieron mantuvo relaciones con muchas mujeres en su vago intento de sustituir a Fermina y calmar su dolor, lo cual nunca pudo concretar. Pues el único punto de referencia de su pasado fue su amorío con Fermina y la vivencia del presente estaba determinada por su futuro casi predestinado con Fermina.
Tras 53 años, 7 meses y 11 días Florentino pudo concretar lo que fue a nuestro parecer el sentido de toda su vida, el pensamiento de Fermina lo inquieto desde el primer momento en que la vio y lo siguió inquietando por el resto de sus días, su vida giró en torno a este pensamiento, hasta que pudo concretar lo que él consideraba su destino, y lo que nosotros consideramos una exorbitante obsesión, todo porque no pudo nunca superar la ilusión de estar con Fermina, ilusión que con una fé inimaginable de la que siempre se aferró y en la que basó todo lo que hizo, su trabajo fue un medio para ser lo suficiente bueno para ella, y sus relaciones un intento de apaciguar su dolor, olvidar o incluso reemplazarla, pero como él siempre se lo planteó finalmente se concretó su ilusión y terminó con su diosa coronada.
¿Fue esta ilusión producto de nuestra imaginación? o ¿Efectivamente el nunca poder olvidar este pensamiento de estar con ella fue lo que lo obsesionó de tal forma?
Querida Dani y Huerta ,esta super bueno su columna ,entendí perfecto lo que trataban de decir ,tiene un vocabulario formal y me gusto mucho su redacción. Logre ver los argumentos ,pero no logre ver la conclusión ,pero en resumen super bien redactado.
ResponderEliminarQueridos realmente fue muy buena esta columna, comprendí absolutamente todo, fue una tesis bien planteada, argumentos y citas buenas y fundamentalmente presentaron una muy buena redacción. Realmente magnífico trabajo, los felicito.
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