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domingo, 29 de mayo de 2016

“¿El amor y la soledad siempre van juntos?”

Por: Josefina Amadruda y Valentina Fuentes

Los seres humanos tenemos un sentimiento muy común, el cual lo expresamos día a día. Este nos conecta a todos como un puente imaginario, este sentimiento es el amor. Aunque si no tenemos ese puente quedamos flotando, de una forma en la cual quedamos aislados de todo lo que está pasando a nuestro alrededor, nos quedamos de una forma a la cual se le llama soledad.
Los seres humanos podemos expresar el amor de ciertas formas. Una de ellas es, a través, de la amistad, pero lo que sucede es que algunas personas por no tener el amor necesario, nunca han sentido la amistad y con el paso del tiempo se van excluyendo de la sociedad, quedan marginados de la vida social.
Esto es justamente lo que le ocurrió al protagonista de la obra “Noches Blancas” de Fiódor Dostoievski, un joven de veintiséis años, bastante solitario, soñador, tiene un discurso muy literario y nunca ha tenido una conversación real con nadie.
En un inicio podemos ver cómo el joven se encontraba de una forma solitaria paseando por la calle y se encuentra con esta joven llamada Nastenka de diecisiete años que estaba en el muelle, él se acerca y la ve llorando,  por la cual le empieza a hablar y los dos se agradan. Ellos comentan la historia de cada uno y ella se presenta, el joven le cuenta que era la primera muchacha o persona con la cual establece una real conversación, “¿Puede usted creer que nunca he hablado con una mujer, nunca jamás?¿Qué no he conocido a ninguna?.” Tras conversar, ven que tienen cosas en común y así comienzan un lazo de bella amistad, gracias a ella, él deja de tener la misma solidaridad que tenía antes de conocerla.
Tras el transcurso del tiempo ellos dos empezaron a crear un puente imaginario de amistad basado en el amor de amigos, un puente tan fuerte y amigable que a causa de esto Nastenka creía que en algún momento ese lazo llegaría a otro nivel, así que ella le dice a el joven ,“Le conozco muy bien. Pero, mire, venga con una condición: en primer lugar (sea bueno y haga lo que pido; ya ve que hablo con franqueza) no se enamore de mí. Eso no puede ser, se lo aseguro. Estoy dispuesta a ser amiga suya. Aquí tiene mi mano. Pero lo de enamorarse no se puede. Se lo ruego”, aquí se puede reflejar que la muchacha solo quería que este muchacho saliera de la soledad y que supiera lo que se siente tener un amigo. Tras el paso del tiempo el joven se fue enamorando, creando en su corazón un puente imaginario y un sentimiento profundo por la muchacha, pero él no sabía si el final del puente estaba unido con el corazón de la muchacha de igual forma que él sentía el amor. El único problema que a él lo decepcionó era que Nastenka ya tenía a un prometido el cual se fue a Moscú, él le juró que volvería en un año más y que se casarían. Hubo un momento en el cual el joven ya no resistió más, necesitaba saber si ella era la unión de amor verdadero de este puente. El llegó y le dijo  “Porque su amor no es correspondido, ¡yo sentía, por mi parte, tanto amor por usted, tanto amor! Y me daba tanta pena por no poderla ayudar con ese amor… que se me partía el alma y… ¡y no puedo callar y tuve que hablar, Nastenka, tuve que hablar!…” Nastenka quedó decepcionada, ya que el joven no cumplió la promesa que hicieron inicialmente. Sin embargo, ella respondió a su pregunta, si en verdad ella era ese fin del puente ,“¡Sí, le quiero! Le quiero como usted me quiere a mí; y, a decir verdad, yo misma se lo he dicho antes, usted mismo lo oyó. Le quiero porque usted es mejor que él, porque es usted más noble que él, porque, porque él…” Al Final el joven pudo saber que es sentir ese puente imaginario y sentir como es la realidad. Por otra parte, se puede visualizar un sentimiento que nos hace sentir un vacío en nuestro corazón, el cual muchos tratan de huir de él a través de distintas formas, pero pocos logran escapar de ese laberinto de melancolía, tristeza y vacío. Uno de los cuales estuvo en este laberinto fue el joven, como se puede ver en el siguiente acontecimiento, el joven en la primera noche empieza a narrar y a contar un poco sobre su historia, sobre que él es un hombre solitario. Mientras narra comenta “Claro que tienen derecho a preguntar ¿y quienes son esos “todos”?” y él responde que lleva ocho años en San Petersburgo y que nunca ha trabado conocimiento con nadie. Un hecho que puede representar el amor en esta obra es cuando el joven comienza a discutir con Nastenka, se enoja y le dice que el mismo se va a ir pero que antes le va a contar todo, en ese momento, el joven expresa el verdadero amor por ella.
En conclusión esto demuestra que el amor es una conexión que nunca se corta, que siempre se mantiene unida de un puente imaginario y que además hay una línea muy pequeña que separa al amor con la soledad, que con el tiempo se va alargando más y más. “¡Dios mío, qué grito dio ella! ¡Cómo temblaba! ¡Cómo se libró forcejeando de mis brazos y voló a su encuen-tro! Yo me quedé mirándolos con el corazón deshecho. Pero apenas le dio ella la mano, apenas se hubo lanza-do a sus brazos, cuando de pronto se volvió de nuevo hacia mí, corrió a mi lado como una ráfaga de viento, como un relámpago, y antes de que yo me diera cuenta, me rodeó el cuello con los brazos y me besó con fuer-za, ardientemente. Luego, sin decirme una palabra, co-rrió otra vez a él, le cogió de la mano y le arrastró tras sí. Yo me quedé largo rato donde estaba, siguiéndoles con la mirada. Por fin se perdieron de vista.”

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