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martes, 30 de octubre de 2018

Sueños e idealización, un arma de doble filo


29/10/2018
Por Marco Antonio de la Cuadra Villanueva, 9°B.
“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz,
Sino haciendo consiente su oscuridad”
-Carl Jung
Noches Blancas, es una novela corta escrita por el autor ruso Fiódor Dostoyesky, quién nos presenta una de las cuantas caras que existen frente a la crisis existencialista del ser humano, siendo esta, la evasión de la realidad. La trama de esta se desarrolla en torno a la búsqueda personal de la felicidad por parte del protagonista, donde en el proceso va demostrando su incapacidad de ver lo que realmente ocurre frente a sus narices, terminando en un desastre amoroso que evidencia su desequilibrio mental.
 Esta historia, está narrada por el protagonista, un hombre, solitario,  cuyo nombre nunca se sabe. Este es un soñador que se siente conectado a la ciudad, a las casas y a la gente, a pesar de no conocer a nadie, lo que se ve reflejado en el texto en repetidas ocasiones, de las cuales he seleccionado algunas como: “No veía a una sola de las personas que solía encontrar en un lugar determinado y a una hora fija durante todo el año. Por supuesto ninguna de ellas me conoce, pero yo a ellas sí. Y las conozco bien: he hecho casi un estudio completo de sus fisonomías, gozo al verlas contentas y sufro si las veo tristes.”(pág.8) “También las casas me son conocidas. Cuando voy por la calle, parece como si cada una de ellas corriera a mi encuentro, mirándome con todas sus ventanas, me dijese: “Buenos días. ¿Qué tal le va esa salud? Yo estoy bien, a dios gracias, y en mayo van a añadirme un piso”. O bien: “¿Qué tal está usted? A mí comienzan a repararme mañana”. O finalmente: “he estado a punto de arder. ¡Qué susto me llevé!”, etc., etc.”(págs.8, 9). Estos sueños que tenía despierto, hacían de lo cotidiano algo excepcional que lo ayudaban a sobrellevar el día a día. Si bien esta técnica empleada por el protagonista lo ayuda a continuar con su vida, creo que esta solo es una forma de evadir sus problemas, consiguiendo que su “realidad” se vea trastocada por una idealización infantil de lo que realmente ocurre a su alrededor, lo que en futuro claramente le generó problemas. Esta visión placentera hace que el protagonista viva bien el día a día perdiéndose en sus sueños por la ciudad y en su humilde morada. En ella añora sus sueños incumplidos y espera la muerte escondiéndose de la realidad que dolor le causa. De hecho el protagonista se dice a sí mismo “Nota uno que, al postre, esta fantasía inagotable acaba por fatigarse, por extinguirse en virtud de la perenne tensión en que se halla, pues al fin y al cabo, uno va madurando y supera los ideales anteriores, que se reducen a polvo y a escombros; y cuando se carece de otra vida, tiene uno que edificarla con esos mismos escombros, mientras tanto, el alma reclama y exige algo distinto”(pág.42).
Durante la historia, el protagonista conoce a una joven mujer, cuyo nombre es Nástenka, con la que siente unos lazos de amor profundo e idealizado. Este amor le da la esperanza de vivir un sueño junto a ella. Para lo que él dice: “Soy un soñador; gozo tan poco de la existencia real y son tan raros para mí los momentos como éste, que forzosamente he de repetirlos, evocándolos en mis sueños. Estaré soñando con usted toda la noche, una semana, un año entero.”(pág.20), con esto él se hace la ilusión de estar con ella sin siquiera conocer su historia pasada; historia la cual haría que tuviera que prometer no enamorase de Nástenka, así desilusionándose y destrozando por completo su corazón, aunque no lo quisiera admitir.
Para la mala fortuna de nuestro personaje principal, él logra conciliar su amor con Nástenka, el cual no duraría ni cinco minutos por la llegada del inquilino, hombre al cual le había prometido su amor antes que al protagonista. Su llegada que hace cambiar a  Nástenka de opinión, logrando que esta se fugue con él. Para reconciliarse consigo mismo, por su pérdida y pena amorosa, él intenta idealizarse y reconfortarse con la idea de que  solo basta un momento de felicidad en la vida para poder ser feliz el resto de ella, esto lo explaya de manera explícita en el texto: “¡Y bendita seas tú por los instantes de ventura y felicidad que brindaste a otro corazón solitario y agradecido! ¡Dios mío! ¡Todo un momento de felicidad! ¿No basta con ello para colmar toda una vida humana?...” (pág.89).
Se puede concluir que en la historia, los sueños y la idealización no son más que una herramienta que usa el personaje para evadir problemas, sin duda, un arma de doble filo la que termina por ocasionarle una gran pena y desilusión, la cual no quiso ver y se conforma solo con ser el amigo de Nástenka, sabiendo en el fondo de su corazón que estaba profundamente enamorado de ella.

3 comentarios:

  1. Querido Marco, concuerdo totalmente en tu punto de vista en el que tu columna se enfoco (Sueños e idealización, un arma de doble filo) ya que defendiste y argumentaste tu tesis de muy buena forma, lo que mas me llamo la atención antes de leer el texto fue el concepto de "arma de doble filo" pero después de leer el libro entendí perfecto a que te referías con eso de que esta arma termina por ocasionarle una gran pena y devoluciones. Buena columna saludos.

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  2. Concuerdo con el hecho de que el protagonista en el inicio usa sus sueños para escapar de la realidad inventándose sus propios amigos y como debe aceptar las decisiones de Nástenka. Lo que no concuerdo es que se hace la ilusión de estar con Nástenka soñando de ella y no lo quiere admitir. Verás, el protagonista admite que pronto tendrá sueños que sabe que no son reales y por eso trató de declararse y ojalá casarse con Nástenka.

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