Por: Cristóbal Carbonell
En la vida
cotidiana nos exponemos inevitablemente al cumplimiento de plazos, el contraer compromisos y por lo tanto a
proyectar metas de corto, mediano y largo plazo, sin embargo, cuando tenemos la
oportunidad de leer a Gabriel García Márquez, respecto del amor en su novela
“El amor en tiempos del cólera”, los plazos, compromisos y metas simplemente
son llevados a límites increíbles cuando el sentimiento más puro que
reconocemos en el amor hace su aparición desde una juventud y comienza a
transformarse prácticamente en un record Guinness y por tanto en un número, en donde cualquier
plazo, compromiso y proyección normal que podamos conocer, creer o discutir para
cualquier otro tema que no sea el amor, simplemente queda reducido a la más
mínima expresión producto de la obsesión
que puede llegar a generar en una persona el querer literalmente “poseer” a su
amada, sin importar los costos de tiempo que pueda tomar, sin importar la familia,
los amigos, el trabajo, personas desconocidas y hasta la muerte con tal de
lograr el objetivo.
Es la historia
de Florentino Ariza un joven colombiano que en plena juventud y producto del
destino de su trabajo es enviado a entregar un mensaje al señor Lorenzo Daza,
en donde tiene la oportunidad de conocer a Fermina (hija de Lorenzo), desencadenando a partir de este encuentro, un
sentimiento profundo y desconocido para él, que llega a provocarle incluso
falsos estados de enfermedad ante la ansiedad de querer ser correspondido con
el amor de Fermina, y aunque su madre intenta explicarle que dicha
correspondencia del amor puede demorar un tiempo, él exige prontamente
respuesta a través del medio de comunicación que disponían y que eran mensajes
escritos entregados en momentos oportunos, siempre a escondidas del padre de
ella. El amor que ellos entienden en
esta época de juventud, son sentimientos nuevos y puros, libres de
participación de terceros, influencias familiares, del dinero, el poder u otra
consideración. Sin embargo, ese
sentimiento de amor que ellos se demuestran, es interrumpido cuando el padre
encuentra los mensajes y enfrenta tanto a su hija como al mismo Florentino a
quien incluso amenaza de muerte “-No me
fuerce a pegarle un tiro- dijo. -Péguemelo- dijo Florentino con la mano en el
pecho –No hay mayor gloria que morir por amor-“ (pág. 65), con el fin de
dar por terminada la relación cosa que será imposible de hacer mientras estén
lo suficientemente cerca como para mantener el contacto escrito, por lo que
decide llevarse a su hija lejos de la ciudad (a las montañas) hasta que el
tiempo permita que ella pueda olvidarlo.
La pureza de su sentimiento decae cuando años después, al volver al
pueblo, Florentino tiene la oportunidad de encontrarse a Fermina y expresar que
su amor se mantiene exactamente igual como el primer día que la conoció, pero
Fermina sufre un cambio extremo y la desilusión le hace tomar una decisión al
verlo “-No, por favor- le dijo-,
olvídelo” (Pág. 80), absolutamente contraria a lo que ella hasta ese
momento identifica como amor hacia Florentino Ariza. Es en este momento en donde el sentimiento
puro de juventud comienza a transformarse en una obsesión por Fermina,
Florentino comienza a centrarse en el trabajo en la necesidad de ser muy importante
para que él sea digno de ella cuando se presente la oportunidad de estar junto
a ella.
Fermina continúa
su vida y en un momento su familia antes los síntomas que presentaba pensando
que fuera cólera, mandan llamar a un reconocido médico el doctor Juvenal Urbino
quien descarta la terrible enfermedad por una infección intestinal que sana en
poco tiempo. Esta visita genera que
Juvenal se interese por Fermina y pida la mano de ella a Lorenzo su padre y
finalmente termine casándose con ella, haciéndola escalar en la sociedad de la
ciudad y reconociéndolos a ambos como personas importantes. Florentino en todo este tiempo nunca pierde
el interés en Fermina, suspende el envío de mensajes escritos por estar
casada, y se concentra en el ascenso en
el trabajo que lo lleva a mejorar su condición económica, mientras trabaja para
la Compañía Fluvial del Caribe, empresa en la que llegará a ser
presidente. En este tiempo, Florentino
intenta olvidar a Fermina relacionándose con muchísimas mujeres, de toda clase
social, edad y estatus, llegando incluso a mantener una relación con una
estudiante de nombre América Vicuña de quien Florentino es su tutor y con quien
se encontraba al momento de la muerte de Juvenal, es en este momento en que al
darse cuenta que se anuncia la muerte del doctor Juvenal Urbino, rompe la
relación con la estudiante y se presenta en el funeral y de forma obsesiva
después de 51 años 9 meses y 4 días, nuevamente le declara su amor
incondicional “Fermina -le dijo-: He
esperado esta ocasión más de medio siglo, para repetirle una vez más el
juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre.” (pág. 42), el que
inicialmente es rechazado pero después de retomar la rutina de mensajes escritos
finalmente la convence de realizar un viaje en barco en donde la excusa de
contaminación por cólera, permitirá que el barco vuelva sin pasajeros mas que
ellos dos, la tripulación y el la declaración de su amor obsesivo hacia Fermina
“Es que me he conservado virgen para ti”
(pág. 252).
En mi opinión,
Florentino gracias a su marcada obsesión por Fermina Daza hizo todo lo que
estaba a su alcance sin importar nada más que su objetivo, llegando a hacerse
el desentendido con la muerte de América Vicuña para lograr el amor de su diosa
coronada después de más de medio siglo.
Cristóbal, me gusto mucho tu columna ya que me gusto como explicaste la obsesión en el medio siglo. Yo creo que en ese tiempo igual como dijiste tu la obsesión te puede llegar a generar un sentimiento de poseer a la persona que amas sin importar el costo.
ResponderEliminarLa redacción estaba bastante buena
Estimado Cristobal, estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista acerca del amor de Florentino hacia Fermina. Me gusto como redactaste tu columna, y como expresaste esta obsesión que existía en el libro, ya que como bien dices, ami también me llamo mucho la atención lo que Florentino fue capaz de hacer con tal de poseer a Fermina, dejando todo de lado.
ResponderEliminarSaludos
Cristóbal, me gustó tu columna, me gusto sobre todo la introducción, y como utilizaste las citas, sin embargo me quede un poco confuso al final, creo que la conclusión es poco clara y muy mejorable.
ResponderEliminarEl tema que elegiste es muy original, es verdad que en esos tiempos no se trataba a la mujer de la misma manera que hoy en dia, estoy de acuerdo con lo que planteas y lo considero muy logico, tus ideas son muy clara y la redacción esta bien, buen trabajo.
ResponderEliminarCristóbal, debo decir que me ha impresionado tu capacidad de redaccion en este texto, es un agrado leer algo que sea comprensible de manera tan facil. Si bien estoy completamente de acuerdo con tus argumentos creo que es necesario haberlos abarcado de manera mas profunda. Existe mucha redaccion de lo que sucedio en el cuento que en mi opnion, no es el fin de un texto argumentativo. Falto profundidad y analisis completo de tu tesis. Pero de todas formas, es un trabajo bien logrado.
ResponderEliminarCristóbal tengo que admitir que me gusto bastante tu columna, por el hecho de ser tan fluida al momento de unir tus puntos de vista con las citas. Ademas, la sencillez del lenguaje utilizado no d espacio a confusiones. Aun así tu conclusión me dejo harto que desear al compararla con el resto de la columna, ya que creo que podrías haber profundizado mas en ella.
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