Por: Francisca Castillo
“36 kilos”, este libro trata de dos niñas que se
conocen en la infancia, Fernanda y Georgina. Se hacen amigas, pero a medida que
crecían se fueron distanciando y ambas sufrieron pérdidas y cambios drásticos
en su vida, lo que las llevo a tomar caminos diferentes respecto a lo que
querían en la vida, como se ve en la siguiente cita: “yo estoy tratando de que
vuelva a ser lo de antes, pero nos fuimos por caminos muy diferentes, por
empezar no me gusta el estudio y a ella sí”. Pese a la diferencia de caminos,
ambas quisieron bajar de peso para conseguir la aceptación de su círculo social
y conseguir un novio para la graduación.
Comenzaron el proceso de pérdida de peso, donde Georgina disminuyó su peso
de manera rápida mientras que Fernanda lo hizo de manera paulatina. Esta empezó
a observar cambios físicos drásticos en su amiga que no supo cómo manejar y que
tuvo como consecuencia la pérdida de confianza y cercanía. Tiempo después
Fernanda se entera que Georgina tenía anorexia, es decir, un trastorno
alimenticio de origen neurótico que provoca el rechazo absoluto a los alimentos
que causa una obsesión por el ejercicio y el peso que va acompañado de
adelgazamiento extremo.
Debido a su enfermedad, Georgina terminó hospitalizada con desnutrición y
con la amistad quebrantada.
Mientras que seguía leyendo me empecé a dar cuenta
que esto iba más allá de un libro, es una realidad del día a día y
personalmente creo que, para llegar a ese estado de insatisfacción con tu
cuerpo, me di cuenta que tiene mucho que ver el pensamiento superficial de su
entorno que causo que Georgina siéntese la necesidad de ser igual para encajar
y así conseguir la aceptación de los hombres, por eso nace mi pregunta, ¿la
aceptación social es realmente importante?
Fernanda y Georgina comenzaron a hacer cambios que
no necesitaban para obtener para que el resto las aceptara y yo encuentro que
eso está mal, que si uno va a cambiar es porque quiere cambiar no por que el
resto te dice que lo hagas o te dice que te vez más linda de una forma que de
otra, y siendo sinceros, ¿qué es ser lindo? Entonces para mí la aceptación
social no nos debería afectar y menos de una forma tan peligrosa como para
poder hace eso.
El cambio parte por nosotros.
Es muy cierta tu opinión, concuerdo y creo estrechamente que las personas solo cambian (físicamente en este caso) para que la sociedad las acepte y no las excluya, me refiero a que lo hacen por la percepción del mundo y no por ellos, cambian para "sentirse cómodos" porque la sociedad no les gustan las gordas, pero si son gordas son flacas y al ser flacas son planas, y a nadie le gustan las gordas, ni rellenitas, ni muy flacas, ni normales. La sociedad siempre queda insatisfecha por cuanto uno cambien no va hacer efecto a menos que una MASA muy grande cambie la percepción de el cuerpo humano. La sociedad es insatisfecha, hipócrita y habla de libertad cuando ellos mismos se hacen sus propias barreras.
ResponderEliminaren general, me gusto esta columna. igualmente pienso que mas que un simple libro mas, es una realidad. mientras que vamos creciendo, nos apegamos a los estereotipos, nos dejamos llevar por las opiniones de los demás cambiando nuestra forma de ser. si realmente quisiéramos cambiar, debería ser por voluntad propia no por los demás tal como me diste a entender en esta columna. vuelvo a decir que según mi punto de vista, me gusto esta columna pero respecto a la tesis, creo que faltaron argumentos o inclusive tu opinión.
ResponderEliminar